Este centro público de enseñanza secundaria es pionero en el cálculo y registro oficial de su huella de carbono a nivel nacional y único en la Región de Murcia que con el sello distintivo de “Calculo-Reduzco” que otorga el Ministerio para la Transición Ecológica.
El cálculo e inscripción oficial se lleva haciendo desde 2015 y desde entonces las emisiones netas se han reducido un 80%. La forma de conseguirlo ha pasado por auditar el consumo energético, establecer mejoras en la eficiencia y el uso inteligente de la energía y el contrato del suministro eléctrico con una cooperativa comercializadora de energía renovable local, con lo que además se han reducido costes económicos. Desde que se viene actuando, el ahorro total de la factura eléctrica se calcula en cerca de 9.000€, a pesar de que el precio de la electricidad ha subido y a que han aparecido otros consumos, como nuevos equipamientos informáticos y audiovisuales.
Esta experiencia se dió a conocer a la Consejera de Educación, Esperanza Moreno, a la que la organización Teachers For Future solicitó en enero de 2020 que todos los centros de la Región declarasen e inscribiesen su huella de carbono como medida inicial para tomarse en serio la crisis climática. En una región semiárida y costera como la nuestra, verdadera zona cero del cambio climático y donde sus efectos se están notando y se notarán con mayor severidad sería sensato dedicar más interés a este asunto a todos los niveles, incluida la educación.
El instituto de Alhama quiere, con esta acción, lanzar un mensaje a la sociedad, a las empresas y a las familias: los combustibles fósiles deben quedarse donde están, bajo el suelo. También demostrar que la reducción de emisiones es, no solo necesaria y urgente, sino además beneficiosa a corto plazo. Desde luego, si un humilde instituto público, con unos medios y unos recursos más que limitados puede hacerlo, otras empresas e instituciones estarán en condiciones de hacerlo también.
La huella de carbono del centro en 2020 ha sido de 13,54 toneladas equivalentes de CO2, las cuales provienen de una compra de gasóleo para calefacción que en la práctica no se ha consumido. Hay que decir que la herramienta de cálculo oficial que el propio MITECO proporciona, considera la energía facturada, sea esta consumida o no, por lo que la huella real podría estar muy próxima a cero, dado el escaso uso de calefacción que se ha producido durante este atípico año.
Desde luego, el confinamiento de marzo y la semipresencialidad han influido en los resultados, pero no tanto como cabría esperar, pues a partir de marzo no se suele usar ésta. El centro está a la espera de los resultados de una auditoría energética por parte de la Consejería de Industria y Energía que nos aporte soluciones para encontrar la mejor opción de climatización cero emisiones.
Durante este curso académico se van a implantar otra serie de medidas que además tiene en cuenta la situación actual de pandemia como la instalación de sensores calidad del aire y temperatura en todas las aulas, la implantación de un sistema de monitorización del consumo y la calidad del agua de riego, la plantación de arboles, y plantas autóctonas en el patio o la consolidación del proyecto Recreos Residuos Cero.