Los vecinos de la urbanización de La Isla, en Condado de Alhama, han venido denunciando el estado de abandono en el que se encuentra el lago artificial que rodea a las viviendas. Una consecuencia de la falta de previsión y dejadez del equipo de Gobierno de María Cánovas, que no ha sido capaz de procurar su abastecimiento con nuevos aportes de agua, por lo que esta infraestructura apenas cuenta hoy con un palmo de agua estancada que desprende un olor insoportable a cieno y materia orgánica en descomposición, lo que está generando constantes molestias a los propietarios y, además, puede suponer un grave problema de salubridad para las personas que residen allí.
Este lago, según nuestro Plan General Municipal de Ordenación (PGMO,) es una zona verde cuya titularidad pertenece al Ayuntamiento de Alhama de Murcia y, por lo tanto, tiene toda la responsabilidad sobre los problemas que se generen en el mismo. Además, es su obligación intervenir para evitar que se causen este tipo de prejuicios debido a la insalubridad de esta infraestructura pública.
Sin embargo, la Sra. Cánovas, tras las críticas, se ha apresurado en descargar toda la culpa en la entidad urbanística que gestiona el complejo, obligándoles -incluso- a sacar un comunicado desvinculando al Ayuntamiento de esta responsabilidad, algo totalmente falso.
Tras esto, ha venido su enésima ocurrencia, que es rellenar el lago con una manguera convencional conectada a una toma de agua potable. Un disparate en toda regla, que no va a conseguir solucionar el problema, ya que tardaría meses en poder abastecerlo por completo, además de ser una imprudencia en plena ola de calor y con la sequía que sufrimos en toda la Región por la falta de lluvias.