Un año más, sus 21.000 habitantes volverán a recrear escenas costumbristas y a parodiar temas de actualidad en peleles de tela y trapo, mientras que van vestidos como arlequines o "corremayos". Fue declarada Interés Turístico Regional en 1990.
Durante los días 7 y 8 de mayo, las calles de Alhama de Murcia se volverán a llenar de color para vivir la Fiesta de los Mayos, una de las tradiciones más singulares de la primavera en la Región que cumple 34 ediciones. Los vecinos y peñas harán la "plantá" de los mayos el sábado por la tarde, recreando con peleles de trapo escenas críticas de la actualidad y de antaño, con la sátira social de fondo.
Acto seguido se presentará el Corremayo Mayor en la Plaza del Ayuntamiento, que servirá de inicio de la explosión de color en toda la localidad. Todos los vecinos y visitantes de las fiestas se visten con trajes de arlequín y cascabeles, que toman el nombre de "Corremayos", para participar en los multitudinarios pasacalles y actividades que conforman el programa.
¿Cuál es su origen?
Su origen se pierde en el tiempo y no hay referencias escritas conocidas hasta la década de los años 20 del pasado siglo. Tras la Guerra Civil y durante más de 40 años desapareció por su aspecto crítico. Fue en 1982 cuando el Pleno del Ayuntamiento de Alhama de Murcia acuerda recuperar la fiesta y desde 1990 es declarada de Interés Turístico Regional.
Desde entonces, el primero domingo de mayo, los alhameños colocan en las puertas de las casas, jardines o plazas peleles o monigotes vestidos con viejas ropas de la casa y la cara pintada con rasgos humanos. Los temas básicos que se tratan suelen ser tres: la recreación de antiguos oficios ya desaparecidos y que eran típicos de Alhama; la representación de escenas de la vida cotidiana, tratadas por lo general en clave de humor y, por último y las más celebradas, las escenas satíricas que con agudeza crítica ponen de manifiesto problemas o temas puntuales de actualidad.
Aquellos Mayos que representan escenas costumbristas o tradicionales recuperan y muestran ropas, enseres y complementos ya en desuso, como zaragüelles, aperos, trillos y herramientas, convirtiendo el municipio en un verdadero museo etnográfico. Los peleles dialogan entre sí mediante carteles que recogen el mensaje que se quiere transmitir para entender la escena o simplemente reconocer el personaje, utilizando vocablos, modismos y expresiones típicas de la comarca, generalmente en verso.
Otras actividades complementarias:
Durante ese fin de semana los visitantes podrán también disfrutar de otras actividades como el Concurso de Cruces de Mayo, el Festival Nacional de Folclore, la Concentración de Motos Custom, el Festival de Folk, el Encuentro de Cuadrillas o el tradicional Mercado Medieval.