La facturación de la compañía de alimentos ultracongelados Fripozo creció el pasado ejercicio un 12 por ciento en platos preparados, su gama estratégica de soluciones de alimentación, apoyada en la innovación, lo que le ha permitido introducir sus productos de valor añadido en nuevos clientes y canales.
Fripozo cerró el año 2015 con un aumento global en su facturación del 7 por ciento, resultados positivos que se consolidan durante los primeros meses de 2016, con un avance en ventas del 9 por ciento respecto al mismo periodo del año anterior. La empresa mantiene la buena evolución de los últimos años, con unos niveles de crecimiento que se sitúan claramente por encima de la media del sector.
A este avance comercial también ha contribuido el nuevo y radical cambio de imagen de los envases de los productos Fripozo, que acaba de ser premiado en los Best Awards 2016, los galardones de marketing alimentario más prestigiosos del país. Para su desarrollo y adaptación al retail, Fripozo se ha apoyado en su gran experiencia en restauración, ya que atiende semanalmente a 12.000 restaurantes, además de ser proveedor de las principales enseñas de la restauración organizada.
La empresa ha realizado una fuerte inversión en los últimos tres años, que alcanza los seis millones de euros, para seguir lanzando innovaciones al mercado. En la actualidad, Fripozo está apostando por reforzar su presencia internacional en los países europeos, y abriendo nuevos mercados en Latinoamérica y África.
Fripozo, integrada en el holding empresarial Grupo Fuertes, ha incrementado su presencia en la distribución moderna gracias a soluciones de alimentación innovadoras que trasladan la experiencia del gastrobar al hogar, como los "crunchys", bocaditos de queso o pollo con un recubrimiento extra crujiente, el sorprendente sabor del nugget kebab, o 'los tenders', tiras de pechuga de pollo con toques de sabor cajún o barbacoa y miel, con un rebozado de pan gourmet.
Estos alimentos suponen una fuerte y relevante innovación, ya que están pensados para satisfacer las necesidades de los consumidores de la generación millennials. Estos jóvenes, nacidos entre 1980 y 2000, tienen hábitos de consumo diferenciados como el hecho de valorar, además del producto, la experiencia que acompaña su consumo.