Aunque ha perdido su antigua función, hoy día constituye un importante enclave medioambiental como hábitat de especies animales y vegetales, debido a la escasez de agua en este entorno
En su interior se ha construido una rampa de piedra que permite la entrada y salida de fauna silvestre, previa limpieza y retirada de gran cantidad de lodos que se habían acumulado en el fondo
La Consejería de Agua, Agricultura y Medio Ambiente ha acometido las obras de restauración de la balsa de Carmona, en el parque regional de Sierra Espuña, en colaboración con el Heredamiento de Aguas de Espuña.
El Caño de Espuña atraviesa este lugar para regar las huertas de Carmona, Moriana y Alhama. En su día sus aguas también servían para mover las piedras de antiguos molinos harineros. A principios del siglo XX se le añadió un nuevo uso: la producción de electricidad.
Aprovechando un fuerte desnivel de 200 metros que en este punto salva el Caño de Espuña, en su parte superior se construyó en 1907 una balsa con forma trapezoidal que durante el día se llenaba y por la noche se descargaba para mover la turbina de la fábrica de electricidad 'Central Hidroeléctrica Alhameña'.
La energía generada sirvió para iluminar algunas calles de Alhama de Murcia y un máximo de 150 casas hasta 1961, año en el que entró en funcionamiento la central eléctrica del Rápido de Los Molinos.
Hoy en día la balsa de Carmona ha perdido su antigua función, pero constituye un importante enclave medioambiental en Sierra Espuña, como hábitat de especies animales y vegetales, debido a la escasez de agua en este entorno.
La balsa en realidad era denominada depósito, ya que su fin era almacenar el agua para hacer funcionar la central hidroeléctrica alhameña. Está construida sobre la parte alta de una ladera del monte, por lo que se horadó el hueco de roca que formó la base, y con la misma piedra se construyó la obra, utilizando para ello argamasa de cal elaborada en el mismo lugar.
Las medidas de la balsa son 50 metros de largo por 10 de ancho, con una profundidad media de tres metros. En su interior se ha construido una rampa de piedra de cinco metros de ancho por 20 metros de largo que permite la entrada y salida de fauna silvestre, previa limpieza y retirada de gran cantidad de lodos que se habían acumulado en el fondo.