La consejera Adela Martínez-Cachá explica que la extrema sequía y las elevadas temperaturas debilitan los árboles y los hacen vulnerables a las plagas
La Consejería de Agua, Agricultura y Medio Ambiente lleva a cabo un plan estratégico fitosanitario en masas forestales de la Región de Murcia que permite el control y la eliminación de plagas, principalmente de perforadores ('Tomicus destruens' y 'Orthotomicus') y procesionaria ('Thaumetopoea pityocampa'), así como la reducción del número de hectáreas afectadas y la prevención de su aparición.
La consejera Adela Martínez-Cachá, ofreció hoy un balance de las actuaciones del plan y explicó que "las plagas detectadas en Murcia son comunes al resto de regiones de la franja mediterránea y están causadas principalmente por el déficit de precipitaciones desde 2013, el incremento de las temperaturas y las intensas olas de calor veraniegas".
Las condiciones de extrema sequía registradas en el año hidrológico 2013-2014, que se han prolongado durante 2014-2015, han sido el detonante de la aparición de plagas en masas forestales, que se acentúan en las zonas que sufren una exposición alta de radiación solar y que se encuentran en pendientes elevadas. Ello se debe a que las escasas precipitaciones y el incremento de la escorrentía, por su ubicación, hace que tengan menor disponibilidad de agua. Así, la sequía ocasiona que se debiliten los árboles, provocando su muerte, y el ataque de perforadores y procesionaria.
Entre las zonas forestales más afectadas por la sequía se encuentra el litoral, desde Águilas hasta la Sierra de la Muela de Cartagena; el valle del Guadalentín y su confluencia con el Segura (que limita al sur con las Sierras de Torrecilla, Almenara, El Valle-Carrascoy y al norte con Sierra Espuña, sierra de la Muela de Alhama, montes de Librilla y en el monte Los Cuadros), y zonas de los montes de Ricote. En la mitad norte de la Región, donde las condiciones meteorológicas no han sido tan severas, la situación fitosanitaria es aceptable.
Martínez-Cachá indicó que los trabajos para el control de los perforadores "están resultando muy efectivos, ya que más del 80 por ciento de la superficie afectada se encuentra controlada". No obstante, aseguró que "continúan las tareas de seguimiento del estado sanitario de las masas forestales, tanto públicas como privadas".
La inversión total en 2015 para el control de estas plagas fue de 2,5 millones de euros. En concreto, los trabajos de control y eliminación de perforadores se desarrollaron con proyectos cofinanciados por fondos Feader.
Perforadores
La Dirección General de Desarrollo Rural y Forestal detectó 66 montes catalogados de utilidad pública de la Región afectados en diferentes grados por plagas de perforadores, con una superficie de 56.662 hectáreas, de las que un 20,8 por ciento, aproximadamente 11.815 hectáreas, están afectadas y se ha trabajado en 9.276 hectáreas. Esta superficie equivale al 4,5 por ciento de los pinares de la Región. Los municipios con más incidencia son Totana, Alhama de Murcia, Librilla y Murcia, que suman el 58,3 por ciento del total regional afectado.
Al respecto, la consejera señaló que "no existen tratamientos curativos aplicables a las plagas de perforadores de los pinos" y explicó que los trabajos se basan en el examen continuo de las masas forestales, la prevención de nuevos focos y la eliminación de los existentes.
Entre las medidas que se están llevando a cabo se encuentra el control de la plaga mediante la tala de árboles afectados y la eliminación de sus residuos para evitar su propagación, la instalación de 450 trampas de captura masiva para eliminar parte de la población y de pilas de troncos cebo que atraen a los insectos para acabar con ellos.
Asimismo, se realiza el seguimiento y control exhaustivo de las zonas afectadas, así como el refuerzo de las estaciones de seguimiento forestal permanente, 25 en total, repartidas por zonas con gran cantidad de masa de pinares, encinares y mezcla de pinares y frondosas. También se están empleando nuevas tecnologías de apoyo a la gestión de la sanidad forestal como imágenes de satélites y drones.
La disminución en el número de hectáreas afectadas, en relación a anteriores plagas, se debe a la efectividad de los trabajos de monitorización de las estaciones forestales permanentes, que permitieron detectar un aumento de estos insectos, y el uso de sistemas combinados de teledetección, que muestran las zonas más vulnerables a la aparición de nuevos focos y permiten llevar a cabo medidas preventivas. Al respecto, Martínez-Cachá añadió que "disponemos de más información y medios técnicos y los trabajos de prevención realizados han sido muy efectivos".
Asimismo, el 70 por ciento de los árboles afectados están en zonas donde las precipitaciones medias anuales son inferiores a los 350 milímetros el 82 por ciento de la superficie afectada se encuentra en áreas que soportan olas de calor que superan los 35 grados, con medias anuales máximas de 21 grados. Igualmente, el 90 por ciento de las masas afectadas se encuentran en orientaciones solares que soportan un estrés hídrico muy elevado, lo que propicia la aparición de estos insectos.
Al respecto, la titular de Agricultura recordó que "en marzo del pasado año se dictó una Orden de la Consejería declarando oficialmente la existencia de la plaga de perforadores del pino en la Región". Además, añadió, "se calificó de utilidad pública su tratamiento y lucha, lo que permitió intervenir en superficies públicas y privadas y evitar la expansión de la plaga".
Procesionaria
Por otra parte, la Consejería actuó en 2.017 hectáreas de pinares afectados por procesionaria y realizó tratamientos en las zonas más sensibles a la plaga. En concreto, se realizaron tratamientos fitosanitarios terrestres aplicados con nebulizador, ya que los aéreos masivos están prohibidos, en zonas de tránsito, cerca de caminos, zonas recreativas, espacios naturales protegidos y lugares de fácil acceso.
La ausencia de periodos de frío y de heladas durante el otoño e invierno han provocado que se adelante el ciclo de la procesionaria del pino. Así, se han detectado orugas en estadio 5, típico de los meses de primavera. Esta situación se observa en la zona central de la Región y en los montes que rodean el valle del Guadalentín.