Un grupo de investigadores murcianos y miembros de la Fundación Gypaetus, junto responsables de la Dirección General del Medio Natural, perteneciente a la Consejería de Desarrollo Sostenible y Ordenación del Territorio, han encontrado el primer nido de quebrantahuesos en la Región de Murcia. El nido se encuentra en el Parque Regional de Sierra Espuña y tiene una antigüedad de, al menos, 50 años.
La desaparición del quebrantahuesos en Murcia se produjo aproximadamente a mediados del siglo XX, siendo la persecución humana la principal causa de su extinción en todo el sur de la península ibérica.
Gracias a los trabajos que realizó en los años 80 el investigador Miguel Ángel Sánchez, se obtuvieron algunas referencias de la presencia de la especie y su posible nidificación en Sierra Espuña. Así, en una de sus entrevistas, un pastor de la localidad de Mula le aportó un dato que condujo al hallazgo del primer nido conocido de quebrantahuesos en la Región de Murcia.
La Fundación Gypaetus es beneficiaria de un proyecto LIFE para la reintroducción del quebrantahuesos en Andalucía y los ejemplares que fueron soltados en la Sierra de Cazarla han sobrevolado la Región. En la actualidad, se está estudiando si el quebrantahuesos podía ser reintroducido en Sierra Espuña. El objetivo desarrollado por la Fundación Gypaetus es conseguir una población estable e independiente del hombre, en todo el sur peninsular.
En este marco de colaboración con la Fundación y la dirección general del Medio Natural de la Consejería de Desarrollo Sostenible, varios investigadores vinculados al Parque Regional de Sierra Espuña, los agentes medioambientales y los técnicos de la Fundación Gypaetus, organizaron el pasado día 11 de octubre el descenso al posible nido de quebrantahuesos situado en el Parque Regional de Sierra Espuña, con el objetivo de verificar su pertenencia en el pasado a una pareja de esta especie amenazada.
En el nido se hallaron varios huesos y dientes de ganado, y cerca de 20 excrementos de la especie, por lo que ya no hay duda de que el quebrantahuesos vivió en la Región hasta hace aproximadamente 50 o 60 años. Debido a que la dieta de estas aves se basa principalmente en huesos, sus deposiciones están compuestas de carbonato cálcico (se llaman coloquialmente “tizas”), y pueden perdurar durante décadas al abrigo de las cuevas donde se construyen los nidos.
También se recogieron cáscaras de huevos y parte de una pluma, que podrán servir para una caracterización genética de los antiguos quebrantahuesos murcianos. Además, el nido contenía más de una decena de cuerdas de esparto trenzado, una honda, una esparteña y retales de ropa. Se trata de otros indicios de su presencia, ya que los adultos los recogían del campo para tapizar sus nidos.