Profesores, directores de centros y el propio concejal de Educación, José Miguel Muñoz, se reunían esta mañana en el instituto Valle de Leiva para hacer balance del programa de medidas alternativas a la expulsión, puesto en marcha a principio de curso. Todos ellos coincidían en una valoración muy positiva que, incluso, supera las mejores expectativas.
El proyecto, pionero en la región, pretende reconducir a los alumnos que, hasta ahora, eran expulsados del centro durante una temporada debido a su mala conducta. Ahora, los alumnos que llegan a esa situación no son expulsados, sino atendidos por un profesional que, a través de una atención personalizada evita que el adolescente pierda materia y busca soluciones que corrijan su comportamiento escolar. El programa ha sido puesto en marcha directamente por el Ayuntamiento a través de la empresa Hábitat Cultural y tiene un presupuesto de 12.000 euros.
El concejal del área, acompañado por los directores del los dos institutos de la localidad, Roberto García, del Valle de Leiva y Adolfo de Benito, del Miguel Hernández, así como por Santi Gutiérrez, de Hábitat Cultural, destacaban la satisfacción por el programa experimental.
El edil destacaba el propósito del programa con la reeducación y resocialización del alumnado problemático abriendo, entre esta franja social, nuevas perspectivas de futuro. El concejal explicaba que hay un monitor de la mencionada empresa en cada centro y que, a pesar del interés, el programa no se había podido poner en marcha hasta no encontrar el presupuesto necesario.
En la actualidad el programa está atendiendo a unos 15 alumnos entre ambos centros que, a no ser por esta iniciativa, estarían expulsados.
El director del instituto Miguel Hernández aseguraba que se trata de un “programa con éxito” e incidía en que al alumno “sí le importa que se le acoja”. Añadía que el programa actúa en aspectos familiares y sociales que derriban en comportamientos agresivos del estudiante.
El responsable del Valle de Leiva refrendaba lo apostillado por su homólogo y aclaraba que estaba “doblemente orgulloso” ya que por un lado el programa se había puesto en marcha después de 2 años de espera y los resultados estaban siendo muy buenos, por encima de lo previsto. Además, añadía, hay bastantes institutos de la región que tienen puestos sus ojos en esta primera experiencia puesta en marcha en el municipio para, dependiendo de los resultados, ponerla en práctica.
Por su parte, Santi Gutiérrez decía que los alumnos asistidos tienen entre 13 y 14 años y suelen venir de entornos familiares problemáticos, aunque los profesionales sólo tratan los problemas escolares.